La gestación del oso

La reproducción para los osos no resulta una tarea fácil. Debido al carácter hosco y al estilo de vida solitario, estos mamíferos que se encuentran entre los mayores carnívoros del planeta, no son capaces de concebir una numerosa descendencia. Además algunas especies como el oso polar deben enfrentar condiciones climáticas extremas durante la gestación. Actualmente existen muchos esfuerzos para la conservación de las diferentes especies de úrsidos que viven en libertad y el manejo de sus poblaciones, así que conozcamos todo sobre la gestación del oso.




Oso con sus crías

Oso con sus crías

Madurez sexual del oso

El tiempo en que los osos alcanzan la madurez sexual puede variar de especie a especie. Por ejemplo el oso polar y el oso negro americano son capaces de reproducirse entre los 3 y 4 años de edad, el pardo entre los 4 y 5 años, y los osos pandas después de los 5 hasta los 7 años. En general la madurez sexual de los osos se enmarca en un período de 2 a 9 años.



Casi siempre sucede que las hembras de cada especie comienzan a aparearse al mismo tiempo que los machos, aunque en algunas especies pueden existir variaciones no significativas de la edad en que alcanzan el desarrollo sexual completo ambos sexos.

Apareamiento del oso

Las diferentes especies de osos tienen sus propias épocas reproductoras en el año, que generalmente coinciden con la estación primaveral y la estival (los osos negros de mayo a agosto, los pardos de mayo a junio, el oso polar entre abril y mayo, y el panda gigante de marzo a mayo). Es en este momento en el que las hembras entran en celo, aunque en el caso del oso perezoso pueden elegir cualquier estación para aparearse.

Las hembras pueden comenzar a aparearse tan pronto como alcanzan su madurez sexual, pero los machos por lo general deberán ganarse el derecho a copular con las pocas hembras disponibles en su territorio. Lo normal es que los machos se desplacen largas distancias buscando hembras en celo con las cuales aparearse, mientras que estas permanecen casi siempre en sus dominios. El olfato se encuentra muy bien desarrollado en estos mamíferos a diferencia de la audición y la vista, por lo que los machos se valen de las feromonas en el aire para encontrar a compañeras receptivas.

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Los enfrentamientos entre los osos machos son bastante frecuentes durante la época de cría. Estos acuden al territorio donde se encuentran hembras fértiles, y nada más avistan alguna otro pretendiente lo intimidan con gruñidos y otras demostraciones de fuerza. Los osos más grandes y fuertes tienen mejores posibilidades de ahuyentar a otros machos, sin necesidad de pelearse. Por otro lado las peleas suelen resultar bastante brutales y en algunos casos fatales.

Los osos son animales de una naturaleza polígama y promiscua. Hembras y machos siempre intentan aparearse con tantas parejas como tengan a su alcance, en cada época reproductora. El vínculo que se crea entre una pareja durante el cortejo es generalmente efímera, no perdura después del apareamiento debido a que la hembra pierde la atención del macho inmediatamente después de terminar su ciclo estral. Las camadas de una hembra pueden tener varios progenitores, si esta se aparea con más de un macho durante el estro.

El rito del cortejo de los osos lleva mucha tenacidad y paciencia por parte del macho. El acercamiento a una hembra receptiva comienza de a poco, los enamorados pasan algunos días pastando y durmiendo cerca sin contacto directo. Poco a poco el macho va logrando una cercanía con la hembra y el contacto se vuelve más físico. A partir de este momento puede verse a la pareja jugueteando, haciendo carreras e intercambiando caricias y abrazos. El macho puede aprovechar cualquier oportunidad pata olfatear el sexo de la hembra y comprobar su receptividad sexual.

Cualquier intento de monta puede ser infructuoso si la hembra no se encuentra en celo, en estos casos el oso recibe un no rotundo que puede incluir manotazos y mordiscos. La hembra también rechaza con frecuencia al macho sentándose en el suelo e impidiendo de esta manera la monta.

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Como dato curioso el oso panda es la especie que menos atraída se siente por el apareamiento dentro de todos los úrsidos. Los científicos creen que esto se debe a su dieta a base de bambú, que inhibe el deseo sexual y merma la calidad de sus espermatozoides, dificultando además la concepción.

Período de gestación del oso

El período de gestación del oso varía de especie a especie. Las diferencias de tiempo entre cada una están determinadas en muchos casos por la implantación diferida, ya que en algunos casos se cuenta este período de tiempo en que el óvulo está flotando libremente sin implantarse y en otras no.

  • La gestación del oso americano negro dura de 6 a 7 meses
  • La gestación del oso pardo dura 2 meses
  • La gestación del oso panda dura 5 meses
  • La gestación del oso perezoso dura 11 meses y medio

Gestación del oso

En la gestación del oso se da un fenómeno muy peculiar que es conocido como implantación diferida. Mediante este mecanismo las hembras con capaces de postergar el momento en que comienza a desarrollarse en su interior un óvulo fertilizado. El futuro embrión permanece en un estado de latencia hasta que la madre determina que la estación es la más favorable para seguir adelante con su gestación, el parto y el cuidado posterior de la cría. Esta capacidad reproductiva no es exclusiva de los osos, también se evidencia en otras especies como los canguros, murciélagos, el corzo, las nutrias, comadrejas, etc.

Oso pescando

Oso pescando

En el caso de los osos negros americanos por ejemplo, el implante del zigoto no ocurre inmediatamente después del apareamiento sino que se posterga durante casi 10 semanas, evitando que el nacimiento de los oseznos ocurra en la estación otoñal. Los osos polares también recurren a la implantación diferida, de manera que se aparean en los meses comprendidos entre abril y mayo, pero el óvulo no es realmente fertilizado hasta el mes de septiembre cuando la hembra ha logrado acumular suficiente grasa para enfrentar la llegada del invierno polar.

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Nacimiento y cría del oso

Una vez que ha llegado a término la gestación, nacerá la camada de oseznos. Las crías de osos polares nacen en un refugio que la madre excava en el gélido hielo, las del oso pardo en la seguridad de la osera. Los partos transcurren con bastante normalidad y se registran por lo general muy pocas muertes al nacer.

Las crías vienen al mundo bastante indefensas, por lo que se aferran a su madre para sobrevivir. Por lo general todas las especies carecen de visión, audición, dentadura y pelaje, además de que poseen un muy bajo peso al nacer. Gracias a la lactancia materna exclusiva (que se mantiene como término medio durante los tres primeros meses de vida), los oseznos adquieren rápidamente un peso y un desarrollo psicomotor adecuado, para poder enfrentarse con autonomía a la vida salvaje. El destete definitivo suele ocurrir alrededor del primer año, cuando la dieta complementaria es capaz de suplir todas las necesidades alimenticias de las crías.

Los osos jóvenes pueden elegir permanecer con su madre aunque no dependan ya de esta para alimentarse. Este vínculo materno se suele romper definitivamente sobre los 18 o 24 meses, momento en que abandonan el territorio de nacimiento para buscar su propio hábitat.

Cantidad de crías del oso

Las camadas de osos suelen ser de dos o tres crías a lo sumo (excepcionalmente pueden nacer cuatro crías en un parto). Esto unido a que necesitan al menos tres años para volver a concebir, y las situaciones de estrés o carencia de alimentos, inhibe el proceso reproductivo natural limitando la descendencia de una pareja de osos a un máximo de 15 crías durante toda su vida fértil. Algunas especies como el oso panda o el oso pardo pueden tener incluso menos crías en igual espacio de tiempo.




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