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La gestación del cangrejo

Los cangrejos son un grupo de crustáceos que poseen cinco pares de patas, cuatro para la locomoción y un quinto par que ha evolucionado hasta convertirse en pinzas. Estos decápodos pueden tener un hábitat terrestre o acuático, y a su vez los que viven en el agua pueden permanecer en el fondo marino (bentos) o ser capaces de nadar activamente a través de las corrientes (necton). Sin importar cuál sea su hábitat, todos los cangrejos dependen del agua para reproducirse y algunos deben hacer incluso largas migraciones para tener su descendencia. Conozcamos más sobre la gestación de los cangrejos y su impresionante ciclo vital.




Crustáceo

Crustáceo

Madurez sexual y apareamiento del cangrejo

Los cangrejos alcanzan la madurez sexual sobre los 2 o 3 años de vida, dependiendo de la especie y el hábitat.



Los cangrejos son capaces de atraer parejas receptivas con las cuales aparearse, mediante la interpretación de señales odoríferas (feromonas), visuales o sonoras (vibraciones y ruidos de baja frecuencia). Cada especie tiene su estrategia específica para el cortejo y se vale de los medios de los que dispone por su morfología y su tipo de hábitat. Por ejemplo el llamado cangrejo violinista (es de tipo marino semi-terrestre y se llama así por la diferencia de tamaño que poseen sus pinzas), agita su garra violín cuando quiere atraer a una hembra. Otras especies de cangrejos acuáticos simplemente se valen de las feromonas para localizar a las parejas potenciales.Durante el cortejo también pueden darse peleas entre los machos, pero en la mayor parte de los casos su fin es tan solo impresionar a las hembras en disputa.

Para aparearse los cangrejos generalmente se colocan de frente, juntando los vientres. Los machos y las hembras no poseen el órgano reproductor en el mismo sitio por lo que el acople puede resultar un poco complicado. Las hembras tienen el orificio sexual debajo de su tercer par de patas, pero en los machos este aparece en las patas posteriores de locomoción ¡Para complicar más el asunto también pueden existir cangrejos hermafroditas! En el caso de algunas especies marinas las hembras están receptivas luego de haber realizado la muda de su caparazón, porque el exoesqueleto se mantiene blando, facilitando de esta manera el intercambio de fluidos.

Luego de la cópula del cangrejo tiene lugar una fecundación de tipo interna, es decir la unión del gameto femenino y masculino tiene lugar en el cuerpo de la hembra. Pero la fertilización no ocurre de inmediato en la mayoría de las especies, la hembra puede optar por conservar el esperma en su aparato reproductor hasta que sea momento de fertilizar sus óvulos. Incluso puede conservar parte del paquete espermático transferido para utilizarlo en otros desoves posteriores.

Período de incubación del cangrejo

El tiempo de incubación del cangrejo depende de la especie en cuestión y la temperatura que alcanza el agua durante el desarrollo embrionario de las crías en este medio. También pueden influir en la variación de este parámetro factores como la disponibilidad de alimentos y el nivel de contaminación del sistema de agua donde están siendo incubados los huevos. La mayoría de las especies de cangrejos tienen un período de incubación superior a las 4 semanas e inferior a las 20.

Incubación del cangrejo

La fecundación de un cangrejo hembra puede ocurrir meses después del apareamiento. Una vez que los huevos han recibido el esperma del macho que conservaba la madre, estos descienden de su abdomen para fijarse en la parte inferior de la cola. Durante todo el tiempo de incubación los huevos (también llamadas huevas) permanecerán fijos a la madre gracias a una sustancia pegajosa que esta secreta. La madre se transporta con miles de huevos pegados a su cuerpo y existe poco riesgo de que los pierda durante la incubación.

Nacimiento y cría del cangrejo

Una vez que se ha completado el desarrollo embrionario de los huevos, se produce la eclosión de cada uno de ellos. Los nacimientos en el océano se suelen sincronizar con las mareas, de manera que la madre sea capaz de lanzar al agua a las pequeñísimas larvas.

Pero no solo los cangrejos acuáticos desovan en el mar, los terrestre y semi-terrestres también deben migrar hacia el océano para ver nacer a sus larvas en este medio. Algunas especies deben recorrer un largo camino antes de poder encontrarse con un sistema de agua oceánico. Las larvas de los cangrejos terrestres regresan a su hábitat luego de vivir un corto período de tiempo en el mar, recorriendo el mismo camino que sus padres pero a la inversa.

Las recién nacidas larvas se unen al conjunto de microorganismos que forman parte del plancton durante sus dos primeras semanas de vida. Tienen un desarrollo muy incipiente y un tamaño minúsculo, pero poseen una columna vertebral que les da mayores posibilidades de supervivencia. Algunas larvas de cangrejo se alimentan de la yema restante en su cascarón durante esta fase larvaria, otras deben buscar alimentos por su cuenta valiéndose de las corrientes de agua.

Cangrejos

Cangrejos

Las larvas deben pasar por una serie de mudas (el número de mudas es diferente para cada especie de cangrejo), antes de pasar a una nueva fase de su desarrollo conocida como megalopas. Esta fase tarda varios días en completarse, a través de los cuales la larva irá adoptando la apariencia de un adulto y al término será reconocida como un cangrejo menor de edad.

Los cangrejos inmaduros deberán sufrir muchas más mudas para completar su metamorfosis, ya que su exoesqueleto a base de quitina les impide el crecimiento continuo. Los diferentes ciclos de muda por los que atraviesa un cangrejo en la etapa juvenil ocurren bajo un control hormonal, coordinados por las sustancias segregadas a través de las glándulas endocrinas.

Ante una nueva muda, el caparazón del cangrejo se resquebraja parcialmente, a la vez que comienza a ser visible el nacimiento de una nueva concha en el interior. Para terminar de renovar su tegumento el cangrejo debe ingerir grandes cantidades de agua, de manera que la presión quiebre por completo la vieja concha. El trabajo que queda por delante para el cangrejo es arduo, antes de quedar renovado completamente deberá extraer los restos de cáscara de cada una de sus patas, piezas bucales, pedúnculos, así como también los restos adheridos a su abdomen.

Cuando el cangrejo termina de deshacerse de su viejo exoesqueleto, tiene un incipiente caparazón que puede moldearse para albergar a un individuo de mayor tamaño en el futuro. El cangrejo es vulnerable durante esta etapa de endurecimiento de la nueva cáscara, por lo que es usual que se esconda, buscando protección de los depredadores potenciales.




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La gestación del pulpo

Los pulpos poseen un único período reproductivo durante toda su vida, además de un ciclo vital muy peculiar determinado por las condiciones del hábitat marino. Dentro de las características reproductivas de los pulpos también encontramos diversidad, hay especies de aguas superficiales que tardan solo 2 meses en ver nacer a sus crías, mientras que otras de aguas profundas poseen el período gestacional más largo del reino animal.




Recientemente se ha encontrado en las profundidades marinas de Monterrey, una madre pulpo (de la especie G. boreopacifica) que ha estado incubando sus huevos durante 53 meses, ósea un record de 4 años y medio. El instinto maternal de esta hembra resulta increíble y ha logrado superar con diferencia el período gestacional más largo de los octópodos que se conocía hasta el momento: 14 meses.

Pulpo

Pulpo



Madurez sexual del pulpo

La edad a la que alcanzan la madurez sexual las diferentes especies de pulpo es una medida un poco variable. Hay especies que son capaces de reproducirse desde que cumplen apenas 2 meses, mientras que otras deben esperar a tener al menos 1 año para estar listas para este momento.

Los pulpos hembras y los machos no son diferenciados hasta que alcanzan la madurez sexual y se convierten en adultos. A partir de este momento sí se observa un claro dimorfismo sexual en ambos géneros, siendo destacable la mayor talla de la hembra en casi todas las especies de pulpos.

El aparato genital en los dos sexos también está bien diferenciado. Los machos adultos poseen en su tercer tentáculo derecho el hectocótilo, una prolongación adaptada para almacenar los espermatóforos y fertilizar a la hembra. También son visibles algunas ventosas agrandadas en otros tentáculos del macho, que no aparecen en la morfología de la hembra.

Apareamiento del pulpo

El apareamiento del pulpo también resulta muy singular, de hecho no hay nada común en la reproducción de estos animales. Al igual que sucede con las arañas, los pulpos hembras practican una especie de canibalismo sexual. Los machos se ven superados en tamaño por sus compañeras, por lo que deben tener cuidado durante la cópula de no ser asfixiados y devorados.

Para subsistir al apareamiento los machos han desarrollado algunas estrategias de supervivencia. En algunas especies de pulpo por ejemplo, los machos copulan con el tentáculo que posee el hectocótilo completamente extendido, manteniendo una distancia de seguridad y limitando el contacto corporal al mínimo. Otros son capaces de sacrificar su aparato genital luego de aparearse, con tal de satisfacer a la hembra hambrienta y poder huir de ella a tiempo. Pero lo cierto es que muchas veces los machos no logran escabullirse y son devorados por su compañera sexual.

La cópula del pulpo puede tardar hasta media hora en algunas especies de gran envergadura, en las más pequeñas suele demorar por lo general menos tiempo. Esto se debe entre otras razones, a que el macho debe depositar un volumen de esperma que sea suficiente para fertilizar todos los huevos de la hembra (pueden ser decenas de miles).

Durante el acto sexual el macho utiliza su tentáculo especializado para introducir los espermatozoides en la cloaca de la hembra (que es su cavidad genital). La hembra conserva el saco con los espermatozoides durante un largo período de tiempo que puede ser incluso de meses, hasta que es capaz de producir los huevos suficientes para la puesta.

Los pulpos tienen una naturaleza promiscua y polígama, por lo que una hembra puede copular repetidamente con diferentes parejas sexuales, en un mismo período de tiempo. Debido a esto se da un fenómeno en la especie que se conoce como competencia espermática, donde el esperma de un macho puede ser desplazado por el de otro que ha copulado recientemente con la hembra.

Período de incubación del pulpo

Al igual que sucede con otras especies marinas, el tiempo de incubación del pulpo está determinado por la temperatura ambiental del océano. Hay especies que solo tardan de 1 a 4 meses en incubar todos sus huevos, mientras que otras pueden hacer un maratón de 53 meses hasta que nazcan los pequeños pulpitos. Las especies que pasan mayor tiempo incubándose, nacerán también más fuertes para enfrentar la severidad del hábitat en aguas profundas.

Incubación del pulpo

En el pulpo la fertilización no ocurre en el interior de la hembra, sino en el medio externo. La hembra tras el apareamiento busca un lugar adecuado para realizar la puesta de los huevos, puede ser el interior de una cueva o una grieta en una rocosidad que se encuentre oculta para los depredadores y accesible para ella.

La colocación de los huevos se realiza en forma de ristra, y luego se adhieren al techo de la cueva o de la roca por uno de los extremos. La hembra pulpo va depositando los huevos de uno en uno, y conforme lo va a haciendo también los va regando con el esperma que conserva en su interior, completándose la última etapa de la fertilización. Este es un proceso que la hembra realiza de forma organizada y metódica, por lo que le toma tiempo fertilizar los miles de huevos que es capaz de poner.

El tiempo que demoran en eclosionar los huevos, la madre permanece junto a ellos. Los mantiene seguros, aireados y limpios. Ni siquiera los pierde de vista para alimentarse, aunque tenga cerca presas potenciales. Durante el período de incubación la hembra sufre un desgaste significativo, así que debe recurrir a todas sus reservas energéticas para no morir de inanición.

Pulpo nadando

Pulpo nadando

Nacimiento y cría del pulpo

Felizmente, las dedicas madres siempre llegan a ver eclosionar sus crías antes de morir. Los embriones rompen el cascarón cuando han completado su desarrollo y han consumido la mayoría del saco vitelino que tenían en el interior. A partir de este momento deberán aprender todo lo que necesitan para sobrevivir por su cuenta, haciendo uso de su poderoso instinto natural.

Al momento del nacimiento, los pequeños son bastante parecidos a sus progenitores y es que su desarrollo embrionario es muy completo. También crecen rápido, a una velocidad muy superior a la de otros animales de la fauna marina. Los primeros meses de vida las crías eligen una alimentación plantónica, pero luego son capaces de atrapar pequeñas presas en el fondo marino, hasta que se establecen definitivamente en las aguas profundas. Para atrapar algunos moluscos y crustáceos pequeños, los jóvenes pulpos mueven sus brazos creando una distracción que les permita atacar.

Los pulpos tienen una naturaleza muy tímida, así que no se muestran a menos que intenten cazar una presa o aparearse. La mayor parte del tiempo permanecen escondidos en cuevas o rocas marinas. A pesar de su vida solitaria los pulpos son animales invertebrados dotados de una gran inteligencia, que está determinada por el desarrollo que ha alcanzado su sistema nervioso (se encuentra una parte en el cerebro y el resto en los tentáculos).

Los pulpos, al igual que los calamares llegan al final de su vida luego de reproducirse. Esto es un patrón común en su ciclo vital reproductivo, además en el caso de las hembras influye la poca alimentación que reciben durante la incubación de los huevos. En el caso de los machos, el fallecimiento se da a las pocas semanas de haberse apareado.

Cantidad de crías del pulpo

Las hembras pueden poner miles de huevos en una única puesta (pueden llegar a 200 000).




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La gestación del oso

La reproducción para los osos no resulta una tarea fácil. Debido al carácter hosco y al estilo de vida solitario, estos mamíferos que se encuentran entre los mayores carnívoros del planeta, no son capaces de concebir una numerosa descendencia. Además algunas especies como el oso polar deben enfrentar condiciones climáticas extremas durante la gestación. Actualmente existen muchos esfuerzos para la conservación de las diferentes especies de úrsidos que viven en libertad y el manejo de sus poblaciones, así que conozcamos todo sobre la gestación del oso.




Oso con sus crías

Oso con sus crías

Madurez sexual del oso

El tiempo en que los osos alcanzan la madurez sexual puede variar de especie a especie. Por ejemplo el oso polar y el oso negro americano son capaces de reproducirse entre los 3 y 4 años de edad, el pardo entre los 4 y 5 años, y los osos pandas después de los 5 hasta los 7 años. En general la madurez sexual de los osos se enmarca en un período de 2 a 9 años.



Casi siempre sucede que las hembras de cada especie comienzan a aparearse al mismo tiempo que los machos, aunque en algunas especies pueden existir variaciones no significativas de la edad en que alcanzan el desarrollo sexual completo ambos sexos.

Apareamiento del oso

Las diferentes especies de osos tienen sus propias épocas reproductoras en el año, que generalmente coinciden con la estación primaveral y la estival (los osos negros de mayo a agosto, los pardos de mayo a junio, el oso polar entre abril y mayo, y el panda gigante de marzo a mayo). Es en este momento en el que las hembras entran en celo, aunque en el caso del oso perezoso pueden elegir cualquier estación para aparearse.

Las hembras pueden comenzar a aparearse tan pronto como alcanzan su madurez sexual, pero los machos por lo general deberán ganarse el derecho a copular con las pocas hembras disponibles en su territorio. Lo normal es que los machos se desplacen largas distancias buscando hembras en celo con las cuales aparearse, mientras que estas permanecen casi siempre en sus dominios. El olfato se encuentra muy bien desarrollado en estos mamíferos a diferencia de la audición y la vista, por lo que los machos se valen de las feromonas en el aire para encontrar a compañeras receptivas.

Los enfrentamientos entre los osos machos son bastante frecuentes durante la época de cría. Estos acuden al territorio donde se encuentran hembras fértiles, y nada más avistan alguna otro pretendiente lo intimidan con gruñidos y otras demostraciones de fuerza. Los osos más grandes y fuertes tienen mejores posibilidades de ahuyentar a otros machos, sin necesidad de pelearse. Por otro lado las peleas suelen resultar bastante brutales y en algunos casos fatales.

Los osos son animales de una naturaleza polígama y promiscua. Hembras y machos siempre intentan aparearse con tantas parejas como tengan a su alcance, en cada época reproductora. El vínculo que se crea entre una pareja durante el cortejo es generalmente efímera, no perdura después del apareamiento debido a que la hembra pierde la atención del macho inmediatamente después de terminar su ciclo estral. Las camadas de una hembra pueden tener varios progenitores, si esta se aparea con más de un macho durante el estro.

El rito del cortejo de los osos lleva mucha tenacidad y paciencia por parte del macho. El acercamiento a una hembra receptiva comienza de a poco, los enamorados pasan algunos días pastando y durmiendo cerca sin contacto directo. Poco a poco el macho va logrando una cercanía con la hembra y el contacto se vuelve más físico. A partir de este momento puede verse a la pareja jugueteando, haciendo carreras e intercambiando caricias y abrazos. El macho puede aprovechar cualquier oportunidad pata olfatear el sexo de la hembra y comprobar su receptividad sexual.

Cualquier intento de monta puede ser infructuoso si la hembra no se encuentra en celo, en estos casos el oso recibe un no rotundo que puede incluir manotazos y mordiscos. La hembra también rechaza con frecuencia al macho sentándose en el suelo e impidiendo de esta manera la monta.

Como dato curioso el oso panda es la especie que menos atraída se siente por el apareamiento dentro de todos los úrsidos. Los científicos creen que esto se debe a su dieta a base de bambú, que inhibe el deseo sexual y merma la calidad de sus espermatozoides, dificultando además la concepción.

Período de gestación del oso

El período de gestación del oso varía de especie a especie. Las diferencias de tiempo entre cada una están determinadas en muchos casos por la implantación diferida, ya que en algunos casos se cuenta este período de tiempo en que el óvulo está flotando libremente sin implantarse y en otras no.

  • La gestación del oso americano negro dura de 6 a 7 meses
  • La gestación del oso pardo dura 2 meses
  • La gestación del oso panda dura 5 meses
  • La gestación del oso perezoso dura 11 meses y medio

Gestación del oso

En la gestación del oso se da un fenómeno muy peculiar que es conocido como implantación diferida. Mediante este mecanismo las hembras con capaces de postergar el momento en que comienza a desarrollarse en su interior un óvulo fertilizado. El futuro embrión permanece en un estado de latencia hasta que la madre determina que la estación es la más favorable para seguir adelante con su gestación, el parto y el cuidado posterior de la cría. Esta capacidad reproductiva no es exclusiva de los osos, también se evidencia en otras especies como los canguros, murciélagos, el corzo, las nutrias, comadrejas, etc.

Oso pescando

Oso pescando

En el caso de los osos negros americanos por ejemplo, el implante del zigoto no ocurre inmediatamente después del apareamiento sino que se posterga durante casi 10 semanas, evitando que el nacimiento de los oseznos ocurra en la estación otoñal. Los osos polares también recurren a la implantación diferida, de manera que se aparean en los meses comprendidos entre abril y mayo, pero el óvulo no es realmente fertilizado hasta el mes de septiembre cuando la hembra ha logrado acumular suficiente grasa para enfrentar la llegada del invierno polar.

 

Nacimiento y cría del oso

Una vez que ha llegado a término la gestación, nacerá la camada de oseznos. Las crías de osos polares nacen en un refugio que la madre excava en el gélido hielo, las del oso pardo en la seguridad de la osera. Los partos transcurren con bastante normalidad y se registran por lo general muy pocas muertes al nacer.

Las crías vienen al mundo bastante indefensas, por lo que se aferran a su madre para sobrevivir. Por lo general todas las especies carecen de visión, audición, dentadura y pelaje, además de que poseen un muy bajo peso al nacer. Gracias a la lactancia materna exclusiva (que se mantiene como término medio durante los tres primeros meses de vida), los oseznos adquieren rápidamente un peso y un desarrollo psicomotor adecuado, para poder enfrentarse con autonomía a la vida salvaje. El destete definitivo suele ocurrir alrededor del primer año, cuando la dieta complementaria es capaz de suplir todas las necesidades alimenticias de las crías.

Los osos jóvenes pueden elegir permanecer con su madre aunque no dependan ya de esta para alimentarse. Este vínculo materno se suele romper definitivamente sobre los 18 o 24 meses, momento en que abandonan el territorio de nacimiento para buscar su propio hábitat.

Cantidad de crías del oso

Las camadas de osos suelen ser de dos o tres crías a lo sumo (excepcionalmente pueden nacer cuatro crías en un parto). Esto unido a que necesitan al menos tres años para volver a concebir, y las situaciones de estrés o carencia de alimentos, inhibe el proceso reproductivo natural limitando la descendencia de una pareja de osos a un máximo de 15 crías durante toda su vida fértil. Algunas especies como el oso panda o el oso pardo pueden tener incluso menos crías en igual espacio de tiempo.




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La gestación de las abejas

En una colonia encontramos tres tipos de diferentes de abejas: la reina, las obreras y los zánganos (son las abejas machos). Las abejas son insectos sumamente sociales, por lo que cada una de estas castas tiene un ciclo vital diferente y solo la reina tiene a su cargo la reproducción de su enjambre. La organización reproductiva de una colonia de abejas y su funcionamiento armónico como entidad biológica resulta fascinante. No te pierdas ningún detalle que te lo explicamos en el artículo de hoy.




Panal de abejas

Panal de abejas

Madurez sexual de la abeja

Solamente la reina de una colonia de abejas melíferas es fértil, debido a que es la única hembra que alcanza un desarrollo sexual completo. A diferencia del resto de las obreras infértiles (que poseen aparatos genitales atrofiados), la reina recibe una alimentación especializada desde su desarrollo larvario. El compuesto que diferencia esta hembra del resto de sus congéneres, es la jalea real, la cual contiene una poderosa proteína conocida como royalactina. Los científicos creen que este compuesto químico es el principal responsable de la formación del ovario de las abejas reinas y de su desarrollo en general.



La reina nace a los 16 días, emergiendo con la responsabilidad de crear toda una nueva generación dentro de la colonia (incluidas nuevas reinas, abejas obreras y zánganos). Luego demora entre 7 y 10 días en realizar el vuelo nupcial, para recolectar el esperma de los zánganos. En cuanto a los zánganos, son capaces de fecundar a una reina entre los 12 y 24 días después de su eclosión.

Apareamiento de la abeja

En las colonias se encuentran los enjambres, donde se organizan centenares de abejas obreras a cargo de una única abeja reina. Solo la reina es la responsable de concebir la nueva descendencia del enjambre. El apareamiento tiene lugar generalmente en la estación primaveral y estival.

Una abeja reina virgen se aparea una sola vez en su vida mediante encuentros sexuales que son conocidos como vuelos nupciales o vuelos de fecundación. Durante estos vuelos la abeja reina copula con miles de zánganos de la colmena, acumulando esperma suficiente para todas las puestas que realizará a lo largo de su vida. La vida de una abeja reina puede extenderse hasta los 3 años, siendo mucho más longeva que el resto de las abejas de la colonia.

Para la cópula los zánganos se organizan en turnos. Cada uno se acopla en vuelo a la reina, e introduce los espermatozoides valiéndose de su aparato genital (llamado endófalo). Mientras la reina puede seguir copulando con el resto de los machos y recolectando su esperma. La abeja reina puede apararse con hasta 16 zánganos en los vuelos de fecundación, con estos números consigue almacenar alrededor de 5 millones de espermatozoides en su espermateca.

Una vez que termina la cópula el zángano muere, debido a que el endófalo se separa de su cuerpo y queda unido al de la reina. El desprendimiento del endófalo provoca una abertura en el abdomen del macho que resulta fatal en la mayoría de los casos, aunque algunos pueden llegar a sobrevivir. De cualquier manera el zángano está destinado a morir, ya que en la colmena no lo vuelven a aceptar si ya ha cumplido su función en un vuelo nupcial.

Las abejas obreras por otro lado, no tienen ninguna posibilidad de participar en un vuelo de fecundación como su reina. A pesar de esto en algunos casos son capaces de poner huevos, que al no ser fertilizados en el oviducto terminan siempre siendo machos, aunque de menor tamaño que los que nacen de la reina.

Características reproductivas de la abeja

La espermateca es un órgano del aparato genital de la reina que no solo sirve para recolectar esperma, también ahí es donde se realiza la fertilización de los huevos. Los huevos primero deben pasar desde el ovario hasta el oviducto, y entonces es que la reina debe decidir si serán fertilizados o no.

Los huevos que son fertilizados y por tanto poseen la combinación de un óvulo y un espermatozoide, nacen como abejas obreras. En tanto los huevos no fertilizados que poseen solo la mitad de los cromosomas, resultan ser zánganos (machos). Este sistema de determinación del género es característico de las abejas, pero también de las avispas, las hormigas y algunos tipos de escarabajos.

Incubación de la abeja

Antes de poner los huevos, la reina inspecciona minuciosamente cada celda horizontal (también llamada alvéolo de cera) del área de cría del panal. Luego realiza el desove dentro cada una de ellas, sin distinción entre los huevos que han sido fertilizados (nacerán hembras), y los que no (nacerán machos). Las reinas sí son incubadas en celdas especiales, que son construidas en vertical y con más espacio que la de las obreras.

Los huevos de abeja son extremadamente pequeños, generalmente no superan los 2 milímetros. La abeja reina apenas suele tardar unos segundos en poner un huevo, pero le toma casi un día completo realizar el desove de 2000 huevos. Las reinas jóvenes suelen ser muy organizadas en el proceso de colocación de los huevos dentro de cada celdilla, las más viejas van perdiendo esta capacidad con los años.

Período de incubación de la abeja

Las reinas tienen un tiempo de incubación menor que las obreras, y también que el de los zánganos. Esto significa que las reinas tardan menos en desarrollarse y nacer que el resto de las castas.

Una vez que el huevo ha sido puesto y fecundado, la reina tardará en nacer 16 días, mientras que la obrera necesita 21 días de incubación y el zángano 24.

Tiempo de incubación de la abeja reina: 16 días

Tiempo de incubación de la abeja obrera: 21 días

Tiempo de incubación del zángano: 24 días

Nacimiento y cría de la abeja

Los huevos pasan por varias etapas de desarrollo. La primera que dura apenas 3 días es la más crítica porque se forma dentro del huevo el sistema nervioso y digestivo con que nacerá la larva. Luego de la eclosión comienza la etapa larval o de “cría abierta”. Nace una larva incipiente (carece de antenas, ojos, alas o extremidades), que sigue una dieta exclusiva de jalea real durante otros 3 días.

A partir del séptimo día comienza la etapa de prepupa y pupa. La celdilla es sellada y las larvas podrán consumir polen y miel, además de otros líquidos que extraen las obreras de las plantas que polinizan. Solo la reina es alimentada durante todo su desarrollo exclusivamente con jalea real. A los pocos días de seguir su dieta y permanecer en reposo ocurre la metamorfosis final, donde emergerán las adultas como reina, obreras o zánganos. Llegado a término el tiempo de incubación de la nueva abeja adulta, esta se abrirá camino para lograr salir de su celda sellada.

Una abeja recién nacida tiene un tamaño diminuto y un aspecto blanquecino peludo. Apenas son inofensivas y vuelan torpemente, de manera un poco errática. La reina se diferencia del resto porque su tamaño es significativamente mayor, además tiene una apariencia más estilizada que está determinada por la presencia de ovarios dentro de su aparato reproductor. El aguijón de la reina carece de púa, a diferencia del de las obreras que lo utilizan como medio defensivo.

Abejas trabajando

Abejas trabajando

Una colonia para su supervivencia necesita de un gran número de abejas hembras que se dediquen a buscar fuentes de alimentos y velar por la protección de sus hermanas, por lo que siempre nacerán más obreras que zánganos.

Las funciones de las abejas obreras son repartidas de acuerdo a su edad, de una manera muy eficiente. Solo las que tienen más de 21 días de nacidas pueden salir fuera del panal a realizar tareas de recolección, el resto tienen tareas de interior. Las recién nacidas tienen a su cargo la limpieza de cada panal de cera y de la colmena en general. Luego trabajan como nodrizas alimentando a sus hermanas que se encuentran en el estado larval superior. A partir del sexto día son capaces de alimentar a la reina y a las larvas menores con la jalea real que producen sus glándulas hipofaríngeas. Pasada esta etapa entonces se desempeñan como cereras, produciendo la cera y construyendo los panales. Otras pueden trabajar en el almacenamiento y el cuidado de la colmena. Y sobre los 19 días todas comienzan a realizar ejercicios de vuelo y orientación, que le permitirán estar aptas para ejercer las funciones de exterior.

La abeja real por su parte es capaz de realizar vuelos de reconocimiento con apenas 2 días de nacida. La pérdida temprana de una reina es una catástrofe para la colonia, ya que se crea un caos general y se desequilibran todas sus funciones reproductivas.

Cantidad de crías de la abeja

Una reina puede ser capaz de poner hasta 2000 huevos en un solo día. Las reinas jóvenes son más prolíferas que las de una edad avanzada, las cuales comienzan a poner progresivamente menos huevos hasta que llega su senectud. También la enfermedad de una reina o la fecundación con pocos zánganos durante el vuelo nupcial, puede ser motivo para una merma de su tasa reproductiva.

Reproducción artificial de las abejas

El hombre ha intentado por todos los medios intervenir en el proceso de reproducción natural de las colonias de abejas, esperando optimizar de esta manera su proceso productivo. Con este fin se han creado un gran número de métodos naturales, semi-naturales y artificiales, de reproducción de las colmenas. Uno de los más conocidos es el de división, que se basa como su nombre indica en la partición de una colonia en dos partes iguales. Una de las partes dividas queda desprovista de reina, por lo que las obreras se deben encargar de criar una nueva reina virgen para que regule las actividades de la colmena.




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La gestación de las arañas

Las arañas son animales comunes en casi todos los hogares, ya que se pueden encontrar los filamentos sedosos que producen en casi cualquier rincón, ventana o pared. A pesar de ser el séptimo grupo más numeroso del reino Animalia, muchas veces el mundo arácnido pasa desapercibido ante nuestros ojos, perdiéndonos todos los detalles de su maravilloso ciclo reproductivo. Conoce con nosotros de la gestación de las arañas, desde su cortejo y apareamiento, hasta el nacimiento de las crías.




Araña en su tela

Araña en su tela

Madurez sexual de las arañas

 La anatomía de las arañas resulta muy singular, en su abdomen se encuentran órganos de diversa índole incluido el aparato genital. Las arañas de mayor envergadura alcanzan su madurez sexual y con ella la capacidad reproductiva, sobre los cuatro años de vida. Las especies más pequeñas tienen un ciclo vital más corto, por lo que también maduran antes por lo general.



Cortejo y apareamiento de las arañas

Las arañas hembras desprenden feromonas que utilizan como medio de transmisión de señales para enviarles mensajes químicos a los machos, cuando están listas para aparearse. Mediante su aroma los machos son capaces de determinar si una hembra está receptiva sexualmente y también sí es de su misma especie, un aspecto importante que no debe obviar.

El cortejo y la cópula de las arañas resulta sumamente curioso, sobre todo porque puede culminar con la muerte del macho a manos de la hembra (de aquí la reputación de la especie conocida como viuda negra). Los machos intentan ganarse el favor de una hembra receptiva a cualquier costa, pueden incluso traerle algunas presas envueltas en seda para que esta acepte copular con él. Muchas veces no son capaces de cazar alguna presa y le presentan solo la bolsa de seda sin nada en su interior, intentado de esta manera engañarlas para su propósito.

También como parte del cortejo pueden hacer vibrar la tela, o moverse armónicamente como si de una danza se tratase. ¡Todo lo que haga falta para apaciguar a la hembra y evitar ser devorado! El movimiento acompasado de los pedipalpos (son apéndices semejantes a unas manos que les sirven como órganos prensores y reproductivos) pueden lograr amansar a la hembra, pero lo cierto es que se desconoce qué factor influye realmente en su negatividad, muchos apareamientos terminan con la muerte del macho y otros no.

Lo cierto es que el ciclo vital de las arañas es muy complejo y varía de especie a especie. Dentro de otro de los fatídicos rituales de las arañas se encuentra que algunas hembras culminan su ciclo de vida luego de realizar la puesta.

Para fecundar a la hembra el macho casi siempre debe introducir la bolsa de esperma (llamada espermatóforo) en el aparato genital femenino, valiéndose para esto otra vez de los pedipalpos. Una vez que se ha producido la inseminación, el macho se retira cautelosamente. Pero no siempre la fecundación ocurre de la misma manera, algunas especies de araña no necesitan que los órganos copuladores entren en contacto. Puede ocurrir que el macho deje su esperma en la red de la hembra, y esta luego lo transfiera hasta sus huevos por sí sola.

Período de incubación de la araña

La araña puede pasar de 1 a 16 semanas incubando para ver eclosionar sus huevos, pero este factor dependerá de la especie en cuestión y que las condiciones ambientales sean propicias para el desarrollo de los huevos.

Incubación de la araña

Luego de gestar los huevos en su interior durante algunos días, la hembra realiza la puesta de los huevecillos, que al inicio tienen el aspecto de cápsulas gelatinosas por ser de un color blanquecino casi traslúcido. Algunas especies son especialmente susceptibles a fallecer luego del esfuerzo de la puesta, sobre todo si no han realizado alguna muda reciente.

Nido de araña

Nido de araña

Las arañas también hacen nidos para incubar sus huevos, estos son una especie de telaraña donde los depositan de forma segura. También pueden llevarlos sobre su espalda hasta la eclosión, o mantenerlos prendidos usando sus palpos y boca. Durante todo el tiempo de incubación las arañas incrementan sus niveles de agresividad exponencialmente, como madres dedicadas se les ve todo el tiempo protegiendo los huevos cerca de ellas.

Nacimiento y cría de la araña

Los recién nacidos son muy similares en aspecto a sus progenitores, solo que en una versión miniatura. Muchas crías perecen antes de lograr eclosionar, otras no sobreviven a los primeros días de vida, es por eso que la naturaleza dotó a las arañas de una tasa reproductiva bastante alta.

Casi inmediatamente después de haber nacido las crías de araña se alejan del lugar de nacimiento arrastradas por las corrientes de aire, debido a que son muy livianas y pequeñas (algunas especies no tiene más de 1mm al nacer). Este factor las ayuda a independizarse de forma temprana y a comenzar a tejer por su cuenta su propia red, pero también atenta contra las tasa de supervivencia de la especie.

Cantidad de crías de la araña

Los arácnidos suelen ser muy prolíferos, como evidencia de esto algunas especies de araña pueden llegar a depositar hasta 3000 huevecillos en cada puesta. Aunque lo usual es que tengan una descendencia un poco más discreta, como sucede en el caso de la araña domestica que pone 250 huevos cada vez




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Flamenco

La gestación del flamenco

Los flamencos son fácilmente reconocibles por su físico esbelto. Esta familia de aves se caracteriza por tener el cuello y las extremidades inferiores muy largas, su pico también presenta una curvatura pronunciada, resultado de miles de años de cambios evolutivos. Los flamencos son también animales extremadamente sociales que realizan muchas de sus actividades vitales en grupo, y esto determina gran parte de sus características reproductivas. Conozcamos todo sobre la gestación del flamenco y cómo estas aves se entregan con dedicación a la tarea de ser padres.




Flamencos en el agua

Flamencos en el agua

Madurez sexual del flamenco

Los flamencos son capaces de alcanzar la madurez sexual alrededor de los 3 años de vida (esto significa que sus órganos reproductores están listos para concebir), pero por lo general pasan algunos años más para que comiencen a reproducirse en la vida natural. Como término medio sobre los 6 años comienzan a tener su descendencia, tanto las hembras como los machos de una colonia.



Cortejo y apareamiento del flamenco

En los flamencos los apareamientos ocurren entre individuos de una misma colonia (aglutina miles de ellos), no aceptan foráneos. De igual manera que viven en grupo, se alimentan en grupo, también se reproducen y anidan en grupo. Cada colonia de flamencos tiene una época de cría diferente, determinada por las condiciones de su hábitat y el clima (prefieren las estaciones lluviosas para la reproducción). Lo usual es que la colonia solo tenga una nidada al año, pero excepcionalmente pueden darse dos en algunas latitudes.

El ciclo reproductivo de los miembros de una colonia se suele sincronizar, de manera que todos los ejemplares maduros puedan cortejarse y aparearse a la vez. Con este fin la colonia se organiza en grupos de anidación más pequeños, que cuentan con decenas de flamencos de ambos sexos.

El flamenco es un animal monógamo, lo significa que las parejas de apareamiento se mantienen unidas de por vida, temporada tras temporada. A pesar de que existe este consenso general por parte de la comunidad científica, se han avistado algunos ejemplares apareándose con más de un compañera, así que no se puede descartar la promiscuidad.

El ritual de cortejo de los flamencos es algo digo de admirar porque se convierte en un todo un espectáculo para los presentes. Con gran nivel de sincronización, todo el colectivo de machos comienza a nadar a la vez que estiran el cuello, giran la cabeza, aletean, se acicalan y graznan para atraer a todas las hembras receptivas. En respuesta las féminas pueden realizar también algunos movimientos coordinados, pero con más sutileza.

Pasado este primer momento, toca el turno de elegir compañero, por lo que las hembras seleccionan un macho que debe seguir cortejándola en privado. Las parejas formadas se van alejando poco a poco del grupo buscando aguas más tranquilas. Si un macho no logra impresionar a ninguna hembra, deberá repetir el cortejo una y otra vez hasta que lo acepten. El color del plumaje de un flamenco es otro factor que consideran las féminas para su elección, mientras más luminoso sea este más deseable será entonces el macho. Los machos que poseen un plumaje pálido es porque se encuentran mal alimentados o enfermos, en consecuencia no son una buena pareja para ninguna hembra fértil.

Cabeza inclinada y alas completamente extendidas son las señales que indican al macho que la hembra está dispuesta a iniciar la cópula. El macho inmediatamente realiza la monta encima de ella y la cópula se extiende durante apenas unos minutos. Terminado el apareamiento se dirigen al lugar de anidación para realizar la puesta.

Período de gestación del flamenco

El período de incubación del flamenco es de 26 a 31 días, al cabo de los cuales nacerán los polluelos.

Incubación del flamenco

Luego del apareamiento, los flamencos deben preparar el nido para incubar sus huevos. El aspecto es el de un pequeño volcán, porque hacen un montículo de fango con una abertura en la parte superior (no supera las 12 pulgadas generalmente). El nido puede estar también cubierto de plumas, pequeñas piedras, ramas y toda clase de material vegetal que tengan a su disposición los progenitores. Ambos padres se involucran en la construcción del nido, así como en todo el proceso de incubación del huevo y cuidado posterior de la cría.

A los pocos días de terminar el nido, la hembra realiza la puesta de un único huevo (de color blanco y forma alargada) en la parte superior, donde permanece protegido hasta la eclosión. Los flamencos reciben un gran cuidado parental. Ambos padres se turnan para incubar el huevo y protegerlo de los depredadores potenciales de la zona ¡Al cabo de casi un mes nace el pequeño!

Nacimiento y cría del flamenco

Los polluelos recién nacidos no son para nada parecidos a los adultos. Para empezar su plumaje es de color blanco o grisáceo, y no rosa intenso como el de sus padres. El pico lo tienen pequeño y recto, sin ninguna notable curvatura, el cuello corto y las patas prominentes de tonalidad rosa. La primera metamorfosis la sufren a la semana cuando baja la hinchazón de las patas y se tornan de color negro. La curvatura característica del pico la comienzan a desarrollar sobre los 3 meses. La pigmentación adulta la obtienen con los años, a través de los carotenoides presentes en su dieta.

Cría de flamenco

Cría de flamenco

La primera reacción de los padres al ver salir a su pequeño del cascarón (luego de 24 a 36 horas de esfuerzo), es emitir una serie de vocalizaciones y graznidos que indican que están felices de verlo al fin. Los polluelos no abandonan el nido hasta que cumplen la primera semana de vida, momento en el cual se unen al resto de la colonia donde un grupo de adultos serán los encargados de su supervisión. Estas concentraciones de miles de polluelos con apenas algunos adultos, se conocen como guarderías. Los padres no se desentienden para nada de sus crías, las visitan a diario para alimentarla.

La alimentación de los polluelos de flamenco es también algo excepcional, solo se observa también en las palomas. Se trata de una leche que producen ambos padres (tanto el macho como la hembra) y posee una elevada concentración de proteínas y grasas. Esta leche se conoce como “leche de buche”, ya que la regurgitan del interior de su aparato digestivo gracias a unas glándulas que lo estimulan. Esta lactancia se mantiene alrededor de 8 o 10 semanas, momento en el cual ya las crías poseen suficientes láminas en el pico para filtrar los alimentos de las aguas de poca profundidad (como peces diminutos, algas, larvas de insectos, moluscos y crustáceos).

Cantidad de crías del flamenco

Los flamencos suelen poner un único huevo en cada nidada y como estos suelen ser muy grandes, pocas veces una hembra es capaz de poner dos de ellos.




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Serpiente

La gestación y reproducción de las serpientes

Dentro del suborden taxonómico de los reptiles encontramos a las serpientes, un grupo muy peculiar que se caracteriza por un cuerpo alargado, sin la presencia de patas u otras extremidades. Las serpientes (también se conocen como ofidios), se encuentran ampliamente distribuidas por todo el mundo conociéndose en la actualidad alrededor de 450 géneros y 3460 especies. Las peculiaridades en la reproducción de las serpientes están determinadas en cada caso por las características propias de la especie y su hábitat. Podemos encontrar incluso dentro de un mismo género diferentes modalidades reproductivas como la oviparidad y la ovoviviparidad, con crías que son incubadas en un medio externo y otras alumbradas por la madre cuando se encuentran completamente formadas. Conozcamos en detalle todo sobre la gestación de las serpientes.




Serpiente

Serpiente

Madurez sexual de las serpientes

Las serpientes alcanzan la madurez sexual alrededor de los dos años de edad, generalmente así sucede para las hembras pero los machos pueden tardar unos meses más en ser fértiles. En el caso de serpientes como la cascabel, aunque sus órganos reproductivos se encuentren listos para aparearse, puede elegir esperar a la llegada de la primavera para tener su primera cría.



Órganos reproductivos de las serpientes

Las hembras y los machos son difíciles de diferenciar en este grupo, ya que el dimorfismo sexual es casi imperceptible. La fisionomía externa de los dos sexos, el color e incluso el tamaño suele ser muy similar en la mayoría de las especies. Solo es posible determinar el sexo en muchos casos contando el número de escamas ventrales y subcaudales del ejemplar, o comparando el grosor de la base de la cola. Un análisis interno de la cloaca con un equipo especializado también puede arrojar un resultado concluyente cuando se quiere saber el sexo de una mascota por ejemplo.

El órgano reproductivo de los machos es conocido como hemipene (no es exclusivo de las serpientes, otros reptiles escamosos como los lagartos también lo presentan). Los machos pueden tener más de un órgano de este tipo en la base de la cola, pero los usan de manera alterna en cada cópula. El hemipene se encuentra contenido en el interior del cuerpo hasta que llega el momento del apareamiento, que emergen valiéndose del tejido retráctil de la zona. Este órgano puede tener una apariencia distinta en las diferentes especies de serpientes, algunos hemipenes poseen dos puntas y otros son ganchudos para sostener a la hembra durante la cópula.

Reproducción de las serpientes

La época de cría de las serpientes suele variar según el clima de las latitudes donde estas habitan y la disponibilidad de alimentos que poseen. Las serpientes de regiones tropicales pueden elegir cualquier estación para aparease, mientras que las de climas fríos solo optan por los meses de primavera y verano para concebir su descendencia. De igual manera si las condiciones de alimento no son favorables pueden elegir no aparearse, apelando a su instinto de supervivencia en primer lugar.

La época de apareamiento de las serpientes suele comenzar con el cortejo entre machos y hembras. Las serpientes machos localizan a las hembras disponibles gracias a las feromonas que estas desprenden cuando están buscando compañeros. Como es usual en la naturaleza el macho debe ganarse el derecho a copular con una hembra receptiva sexualmente, para lograr que se exciten algunos pueden intentar frotar su espolón en la región cloacal. Pero mayormente solo se limitan a seguir a la hembra hasta que esta se decide o simplemente desisten cuando ven que el esfuerzo es en vano.

Los machos de un mismo género pueden llegar a pelear entre ellos para impresionar a una hembra en disputa. Los duelos suelen confundirse con el apareamiento, porque los machos contendientes forcejean entre sí entrelazando sus cuerpos parcialmente. El que logre someter a su rival tiene mayores posibilidades de ser aceptado por la hembra.

Una vez que la hembra ha dado su aprobación, se inicia el acto sexual. El contacto físico entre el macho y la hembra es a través de la cloaca, los machos sujetan su hemipene en las paredes de este orificio hasta completar con éxito la fertilización. Como ocurre con los arácnidos (las arañas en particular), las serpientes hembras pueden ser agresivas luego de la cópula, por lo que el macho debe cuidarse de ellas para no terminar herido. Muchas veces se les ve huyendo luego del apareamiento y esta es la razón.

Otra característica peculiar de algunas especies (como la serpiente cascabel), es que las hembras son capaces de retener en su interior el esperma luego del apareamiento y utilizarlo meses después para la fertilización de los huevos. De esta manera se pueden aparearse en otoño y esperar a la primavera para concebir, cuando las condiciones climáticas son más propicias.

 

Período de incubación de las serpientes

El período de incubación de las serpientes es de 2 a 5 meses, según la especie y su modalidad reproductiva (oviparidad u ovoviviparidad).

Reproducción vivípara y ovovivípara de las serpientes

La reproducción de las serpientes incluye diferentes estrategias, que determinan la manera en que se incuban los huevos y se desarrollan las crías. La mayoría de las especies son ovíparas, apenas terminan de aparearse realizan la puesta, así que los embriones deben completar su desarrollo en el exterior hasta la eclosión.

Las ovovivíparas (la mayoría de las serpientes marinas, víboras, boas, la cascabel, etc.) mantienen los huevos en el interior del oviducto hasta que los embriones están listos para nacer. Los huevos llegan a ocupar tanto espacio en el interior de la madre, que esta puede incluso dejar de alimentarse por falta de espacio en la cavidad gastrointestinal. Las crías ovovivíparas pueden ser expulsadas de la madre en el interior de una membrana gelatinosa o pueden eclosionar inmediatamente después de realizada la puesta.

Incubación de los huevos de serpiente

Los huevos de las serpientes ovíparas pueden tener diferente apariencia en cuanto a color, tamaño y forma. Algunos pueden ser blanquecinos o amarillentos, en cuanto a forma los encontramos redondos, elípticos u ovalados.

La inmensa mayoría de las serpientes ovíparas no se involucra en el cuidado de los huevos luego de la puesta. Sin embargo hay madres más dedicadas como el caso de la cobra india, la cobra real y las pitones, que permanecen cerca del nido custodiándolo para que no se acerquen los depredadores. Las hembras de pitones son sin duda las madres que más se entregan a esta tarea, solo abandonan las inmediaciones del nido para tomar agua y un poco de sol, además pueden conferir su temperatura corporal a los huevos enredándose entre ellos.

De cualquiera manera, esté presente o ausente la madre, los huevos de serpiente no lograrán nacer a menos que se incuben bajo una temperatura media cálida. Incluso las serpientes marinas que están adaptadas a una vida exclusivamente acuática, necesitan aguas costeras cálidas para reproducirse con éxito.

Serpiente nadando

Serpiente nadando

La temperatura puede determinar el sexo de la descendencia, dependiendo de la especie de serpiente ovípara en cuestión. El proceso hormonal que determina el sexo está influenciado por la temperatura ambiental a la que se incuba el huevo, y un desbalance puede dar como resultado el nacimiento de algunos ejemplares hermafroditas.

 

Nacimiento y cría de la serpiente

Las crías al nacer poseen una estructura en su hocico llamada diente de huevo, y se valen de esta para salir del interior del cascarón. Nacen sin ninguna ayuda valiéndose solamente de este pequeño dientecillo afilado, que luego pierden porque no tiene más ninguna función en su anatomía.

Las madres que se quedaron a proteger su nido durante la incubación, no estarán allí luego del nacimiento. Hasta las más protectoras abandonan el nido una vez que han eclosionado todos los huevos, dejando a los recién nacidos sin ningún tipo de supervisión.

Las serpientes son animales que poseen una naturaleza depredadora y hostil sin duda alguna. Con apenas minutos de nacidos se pueden provocar peleas entre hermanos en el propio nido. Como no cuentan con la protección de la madre luego del nacimiento, deben hacer uso de este poderoso instinto natural para sobrevivir por su cuenta.

Preguntas frecuentes sobre la gestación de las serpientes

¿Todas las serpientes son ovíparas?

No, algunas son ovovíparas

¿Cuántas crías puede tener una serpiente?

No existe un número máximo muy definido. Dependiendo de la especie pueden incubar desde 2 hasta más de 100 huevos y por tanto crías.

¿Las serpientes nacen del huevo o de la madre?

Se pueden dar ambos casos.

¿Cuántas vívoras nacen de un huevo?

Normalmente una sola.




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La gestación y reproduccion de las ballenas

Las ballenas son grandes cetáceos que como mamíferos al fin poseen una modalidad reproductiva de tipo vivípara, lo que significa que al igual que el ser humano son capaces de gestar una cría en su interior y dar a luz cuando esta se encuentra totalmente desarrolladas. Las ballenas además ostentan el período gestacional más largo de la fauna oceánica e incluso terrestre, superando al ser humano algunas especies que demoran hasta dieciséis meses en ver nacer a sus crías. Estas y otras características reproductivas de estos animales de extraordinarias dimensiones resultan fascinantes para el hombre. El proceso de reproducción de las ballenas se conoce gracias a ejemplares en cuatividad, aunque hay especies como la ballena azul de las que se conoce muy poco por los escasos individuos que se han podido estudiar.




Madurez sexual de las ballenas

Las ballenas en general alcanzan la madurez sexual entre los 5 y 12 años de edad. Las del género masculino son las que más tardan en completar el desarrollo de sus órganos sexuales (demoran de 7 a 12 años), porque las hembras suelen ser fértiles desde los 5 años en la mayoría de las especies. La madurez sexual de las ballenas francas también está asociada a sus dimensiones, cuando superan los trece o catorce metros generalmente están aptas para reproducirse.

En los últimos años se ha observado una discreta disminución del tiempo que demoran en reproducirse algunas especies de ballenas que se encuentran amenazadas en la vida natural, y es que como mecanismo evolutivo de supervivencia las más jóvenes necesitan madurar antes para reemplazar a sus padres.



Una vez que una ballena hembra comienza a reproducirse, el intervalo de parto será de 2 a 3 años. La longevidad que ostentan las ballenas compensa el hecho que comiencen a reproducirse de forma tan tardía, por lo que una hembra que viva una vida larga y saludable podrá tener una buena descendencia.

Ballenas

Ballenas

Cortejo y apareamiento de las ballenas

Las ballenas practican la poligamia, de manera que pueden copular con diferentes parejas durante una misma temporada de cría, aumentando de esta manera las posibilidades de concepción de la hembra. También colabora el hecho de que posean un estro periódico, que se presenta varias veces durante el año. En consecuencia los apareamientos pueden ocurrir en cualquier época del año, siempre y cuando la hembra se encuentre receptiva sexualmente, aunque generalmente prefieren la estación estival para reproducirse. En la mayoría de las especies de ballena las temporadas de apareamiento y cría están sincronizadas con su ciclo de migración.

Las hembras de las diferentes especies de mamíferos cuando entran en celo generalmente secretan feromonas que son detectadas por el macho a largas distancias. Las ballenas como carecen de olfato no pueden usar este mensaje químico, así que la hembra debe utilizar otros medios para atraer sexualmente a su pareja. En esta etapa juega un papel fundamental las llamadas de reproducción, que no son más que cantos y vocalizaciones que emiten con este fin.

Como también suele ocurrir bastante a menudo en la naturaleza, el apareamiento de las ballenas se inicia con el cortejo entre machos y hembras. La época de celo es un período convulso para la mayoría de los grupos de cría, ya que los machos deben competir entre ellos por el derecho de apareamiento. Generalmente los enfrentamientos entre los contendientes no suelen ser demasiado violentos (se registran muy pocas muertes por esta causa), aunque si pueden infringirse algunas heridas durante las embestidas los machos. De cualquier manera siempre se elige un vencedor y un perdedor, el macho que ha logrado imponerse tendrá mayores posibilidades de aparearse dentro de su grupo.

Los machos más débiles tienen la opción de salir a explorar, intentando encontrar otras hembras receptivas fuera de su grupo de cría con la cuales reproducirse. Los intercambios sexuales entre ejemplares de diferentes grupos de cría ayudan a disminuir la endogamia existente entre estos cetáceos.

Una ballena hembra es celo es bastante receptiva al cortejo de un macho, por lo que no se resisten demasiado cuando este inicia el acercamiento. En cambio si alguna se rehúsa por temor puede intentar colocarse con el vientre hacia arriba, evitando de esta manera la cópula. Como parte de los juegos sexuales previos, machos y hembras comienzan a nadar juntos, rozándose cada vez más fuerte hasta que comienza el acople. El acto sexual en sí suele ser muy breve (oscila entre 10 y 30 segundos), y puede haber penetración parcial o total del miembro del macho en la vagina de la hembra. El proceso de fecundación del óvulo, con la unión del gameto femenino y masculino, tiene muchas similitudes con la del ser humano.

Como dato curioso se encuentra además que la ballena es la especie con el pene más grande del planeta, superando al resto de organismos de la fauna terrestre y oceánica. La ballena azul es la que ostenta dentro de este grupo el órgano reproductor masculino de mayor tamaño, no se conocen con exactitud las medidas del pene erecto pero se cree que rondan los 2 o 3 metros de longitud.

Período de gestación de la ballena

El período de gestación de la ballena oscila entre 9 y 16 meses, la diferencia está determinada como es lógico por la especie en cuestión. Por ejemplo:

La ballena enana tiene un período de gestación de diez meses

La ballena de groenlandia tiene un período de gestación de once a doce meses

La ballena azul tiene un período de gestación de diez a doce meses

La ballena jorobada tiene un período de gestación de once meses

La ballena gris tiene un período de gestación de doce a trece meses

Reproducción de la ballena

Las ballenas son clasificadas como mamífero debido a su viviparidad y a que poseen glándulas mamarias productoras de leche para la alimentación de los neonatos. Como mamíferos al fin son capaces de sustentar a las crías durante todo el tiempo que se desarrollan en su vientre.

Una ballena embarazada que ha superado la primera mitad de su período gestacional, tiene una gran demanda energética que se traduce en una mayor ingesta de alimentos (se duplica el consumo de krill de una hembra gestante). El organismo de la hembra debe asumir en esta etapa el desarrollo y la maduración de todos los órganos de la cría, además de guardar reservas para la lactancia. Además el trabajo de parto de una ballena no suele ser tarea fácil, la hembra debe estar bien alimentada al término de la gestación para enfrentar el esfuerzo que supone dar a luz a su cría.

Las hembras gestantes son a menudo las que encabezan la migración de su grupo de cría, buscando arribar lo antes posible a las latitudes más cálidas para alimentarse primero. En consecuencia también son las últimas en abandonar estas zonas de alimentación al llegar la estación otoñal.

 Nacimiento y cría de la ballena

Los neonatos de esta especie de mamíferos son llamados ballenatos. Los ballenatos nacen generalmente en plena etapa de migración, aunque esto depende de lo lejos que migre la especie de ballena y el momento de la concepción. Al dar a luz en aguas tropicales cálidas, aseguran la supervivencia de los recién nacidos, que con su escasa masa corporal no serían capaces de sobrevivir a la frías temperaturas invernales de su hábitat.

Durante el parto lo primero que será visible serán las aletas del ballenato, luego saldrá progresivamente el resto del cuerpo. El peso corporal de una cría al nacer es de aproximadamente el 6% el peso de la madre, lo que está en proporción además con las características anatómicas de la especie. Esto explica cómo es posible que algunos ballenatos tengan dimensiones superiores a las de otras ballenas adultas (como los recién nacidos de la gran ballena azul).

Ballena azul bebé

Ballena azul bebé

El desarrollo psicomotor de los recién nacidos es muy avanzado, los meses que pasan dentro del vientre materno los prepara para este gran momento. Con apenas unos minutos de nacidos los ballenatos pueden comenzar a nadar por sí solos, y se alimentan de la madre de forma consciente. Todo el grupo de ballenas se involucra en el cuidado de las crías más pequeñas, de manera muy similar a como sucede en una manada de elefantes.

Las gran mayoría de las especies de ballenas (con barbas o dentadas) amamantan a su cría durante el primer año de vida. Las reservas energéticas que lograron acumular durante la gestación determinan que esta leche materna sea altamente nutritiva, con una elevada concentración de grasas y otros constituyentes. En consecuencia los ballenatos suelen crecer muy rápido, a un ritmo aproximado de 3 centímetros diarios durante los dos primeros meses de vida. ¡Increíble! ¡No por gusto la ballena es la especie más grande de la fauna terrestre!

Cantidad de crías de la ballena

Las ballenas suelen gestar una cría cada vez. La tasa reproductiva de estos cetáceos resulta bastante inferior si se compara con la de otros mamíferos o incluso otras especies acuáticas, que poseen esquemas reproductivos mucho más prolíferos determinados por períodos gestacionales más cortos. A pesar de esto la estrategia reproductiva de las ballenas (conocida como de selección K) resulta bastante eficiente para la especie. Y es que solo dan a luz una cría cada vez, pero poseen una esperanza de vida muy larga (algunas ballenas viven más de 100 años), que está determinada además por muy poca mortalidad en los primeros años de vida.

Preguntas frecuentes sobre la gestación de las ballenas

¿Cuánto dura el embarazo de una ballena?

Depende de la especie, se puede decir que entre los nueve y los 16 meses. Más arriba en el artículo puedes ver algunos ejemplos

¿Cuánto dura el embarazo de una ballena azul?

Entre 10 y 12 meses

¿Cuántas crías puede tener una ballena?

Una sola cría.

¿Tipo de fecundación de la ballena?

Son animales vivíparos.

¿Tipo de reproducción de las ballenas?

Reproducción sexual

¿Las ballenas amamantan?

Si, de ahí su clasificación como mamíferos.




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Pato

La gestación y reproducción de los patos

Los patos son aves que pueden ser semiterrestres o acuáticos. Cuentan con una gran familia donde se agrupan numerosas especies, salvajes o domésticas, que a su vez pueden tener una amplia variedad de razas. La reproducción de los patos salvajes está determinada por su propia naturaleza y las características reproductivas que han desarrollado durante miles de años en libertad, los domésticos en cambio están influenciados por las condiciones que le imponen los criadores. A pesar de esto los patos domésticos, a diferencia de otros animales de granja y aves de corral, pueden ser capaces de reproducirse naturalmente sin la necesidad de la intervención humana. Conozcamos más sobre el cortejo, el apareamiento, la gestación e incubación del pato.




Pato y sus crías

Pato y sus crías

Reproducción del pato

El pato es una especie polígama, ya que las uniones entre las parejas solo suelen durar una temporada reproductiva (cada año eligen una nueva pareja). Las diferentes especies de pato suelen alcanzar la madurez sexual y con ella su capacidad reproductiva, entre los 6 y 10 meses de vida, aunque algunas especies como los azulones (ánade real) pueden tardar 14 meses en completar el desarrollo de sus órganos sexuales. En las hembras no es común que se observen cambios físicos reveladores durante esta etapa, pero en los machos sí ocurren cambios paulatinos en el plumaje hasta que consiguen la apariencia adulta.



En los patos se evidencia un marcado dimorfismo sexual durante la época reproductiva. En la mayoría de las especies se observan diferencias entre machos y hembras, fundamentalmente en cuanto al patrón cromático del pelaje durante la época de cría. Los machos ostentan un plumaje reproductivo con colores y dibujos mucho más llamativos que los de las féminas, y en el caso de las plumas de la cola apuntan hacia arriba mientras que las de ellas hacia abajo. Estos cambios con fines reproductivos ocurren a través de una muda primaveral, aunque también pueden suceder abrasivamente. Por lo general, cuando termina la época de cría, el plumaje de los machos se vuelve a tonar discreto y mimético.

Como sucede con otros animales el primer paso del apareamiento de los patos suele ser el cortejo. Los patos salvajes comienzan a cortejar con la llegada de la estación otoñal. Para atraer a las hembras reproductoras los machos se pavonean delante de ellas, haciendo gala de su llamativo plumaje y demás atributos. En esta etapa ostentan un aparato genital más prominente, lo que no pasa desapercibido para sus compañeras. Las hembras suelen ser bastante selectivas e intentan aparejarse con el macho más competitivo que tienen a su alcance, de esta manera aseguran una buena herencia genética para sus crías.

Algunas especies de pato pueden usar técnicas bastante persuasivas para convencer a sus compañeras de que los acepten. Pueden optar por halarlas por el cuello o incluso hundirles la cabeza en el agua si se encuentran nadando. También se comunican las hembras y los machos durante el cortejo a través de graznidos y un amplio repertorio de sonidos que poseen.

Los apareamientos pueden ocurrir dentro del agua o en tierra firme, dependiendo del hábitat de la pareja y la especie a la que correspondan. Por ejemplo el pato doméstico prefiere el agua para los encuentros sexuales, además de que se ha demostrado que son más fértiles en este medio. En el acto sexual en sí no están presentes los órganos genitales de ninguno de los dos patos, el intercambio se realiza únicamente a través de la cloaca, que además de ser un órgano excretor es también de tipo sexual. El esperma que libera el macho entra a la vagina de la hembra a través de la cloaca, y de ahí viaja por el oviducto hasta fertilizar sus huevos.

Luego del apareamiento, es tarea del macho elegir el lugar donde van a anidar. Generalmente los patos salvajes siguen un patrón a la hora de elegir el sitio para el nido, y es que este se encuentre cerca de su lugar de nacimiento y crianza. También tienen en cuenta que el lugar esté lo suficientemente lejos del agua para que permanezca seco, y que sea poco accesible para otros animales. Para la confección del nido la hembra recolecta pasto y hojas secas, además de hacerlo más confortable con las plumas que arranca de su propio pecho.

Durante la temporada reproductiva la pareja permanece unida en el sitio elegido para anidar, el macho se encarga de que ningún otro pato se acerque a la zona. Los encuentros sexuales entre la hembra y el macho pueden llegar a 10 en un mismo día, pero muy pocos de ellos terminan siendo fructíferos. Al cabo de una o dos semanas de apareamiento la hembra quedará fertilizada y comenzará la etapa de gestación e incubación de los huevos.

Tiempo de incubación del pato

El período de incubación de los patos domésticos (como por ejemplo los de la raza Pekín) es de aproximadamente 28 días. En cambio otros patos en estado silvestre como el Muscovy (también conocido como pato criollo) demoran 35 días en empollar sus huevos y verlos eclosionar.

Gestación e incubación del pato   

La etapa de gestación e incubación del pato corre solo a cargo de la madre, el padre a partir de este momento ya no juega ningún papel y vuelve a reunirse con los demás machos del grupo.

Como parte del proceso de gestación del pato los huevos se forman en el útero y luego descienden fertilizados por la vagina hasta la cloaca. El desarrollo de los embriones no se inicia hasta que la hembra comienza a calentar los huevos, ósea a incubarlos. La hembra puede demorar varios días en desarrollar y poner todos sus huevos, por lo que espera hasta que el último esté en el nido para comenzar a incubarlos todos a la vez. De esta manera se asegura de que todos los paticos nazcan sobre la misma fecha.

Huevos de pato. Nido

Huevos de pato. Nido

Cuando la incubación de los huevos se realiza de manera artificial, usando incubadoras, el desarrollo de los embriones depende de que se elija correctamente la temperatura del equipo. Un óvulo fertilizado por un macho se debe incubar a 99.5 grados Fahrenheit o lo que es lo mismo 37.5 grados Celsius.

Nacimiento y cría del pato

Los patos vienen al mundo con un buen desarrollo psicomotor, ya que nacen con los ojos abiertos y a las pocas horas de nacidos son capaces de abandonar el nido con su madre para empezar a alimentarse. Además tienen su plumaje de recién nacidos cubierto de un plumón amarillo que funciona como un abrigo natural, los aísla de las bajas temperaturas y les proporciona calor en los primeros días de vida. No obstante a esto no van a dejar de necesitar el calor de la madre hasta obtener el plumaje adulto.

La crianza de los patos es tarea solo de la hembra, ya que el macho se marchará luego de la concepción. Los primeros dos meses de vida los patos no serían capaces de sobrevivir sin su madre, ya que esta los cuida durante este tiempo con dedicación y los protege de depredadores tales como tortugas y serpientes.

Después de 7 u 8 semanas las crías de patos están listas para volar e independizarse de su madre. Durante estos meses el plumaje crece lo suficiente como para que puedan alzar vuelo. En el caso de los patos salvajes este proceso puede tardar menos tiempo que en los domésticos.

Los patos salvajes de una misma camada suelen levantar vuelo juntos, formando una bandada que primero practicará dando rodeos circulares y luego se aventurará a probar suerte en otras latitudes. Generalmente son capaces de volar antes de que llegue la estación invernal, por lo que emigran buscando destinos más cálidos y luego regresan.

Cantidad de crías del pato

Una hembra puede incubar entre 4 y 12 huevos, por lo que la cantidad de crías promedio de los patos es 8.

Reproducción del pato en granjas industriales

Como una actividad pecuaria más se encuentra la crianza de patos en granjas con sistemas de producción avícola, para la obtención de carne y huevos fundamentalmente. Con este fin se proporcionan en las granjas los requerimientos nutritivos y las condiciones de seguridad que demandan estos animales, para obtener una buena capacidad productiva. La carne del pato es muy valorada en la industria alimenticia y del hígado hipertrofiado de estos animales se obtiene un producto gourmet llamado foie gras (traducido del francés quiere decir hígado graso). Los huevos por su parte son igual de versátiles que los de gallina, por lo que se utilizan en la repostería. Ni siquiera las plumas del pato se desperdician, pues son altamente valoradas en la producción de almohadas, cojines y edredones.

Hibridación del pato

Existen muchas especies de patos que son compatibles genéticamente a pesar de que habitan en diferentes latitudes, por lo que al cruzarse pueden obtenerse híbridos completamente fértiles. Estos cruzamientos se han dado con éxito entre especies del género Anas, como son los azulones, el pato negro americano y el pato rabudo.

Sin embargo la dinámica de hibridación de las diferentes especies de pato no siempre es la misma. La cruza del pato Pekín y el pato Muscovy por ejemplo, da como resultado un híbrido estéril (llamado pato Mulard), incapaz de producir descendencia. A pesar de esto los patos Mulard se crían para la obtención de uno de los productos alimenticios más caros del mundo: el foie gras.

Preguntas frecuentes sobre la gestación del pato.

¿Cómo nacen los patos?

Son animales ovíparos por lo que nacen de huevos.

¿Cuántos huevos pone un pato?

Normalmente desde cuatro hasta doce huevos.

¿A qué edad se reproducen los patos?

La edad a la que alcanza la madurez sexual puede ser desde los seis hasta los 14 meses.




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La gestación y reproducción de las tortugas

Muchas especies de tortugas se encuentran actualmente en grave peligro de extinción, por lo que la estrategia reproductiva es vital para la perpetuación de las diferentes especies amenazadas. Existen muchas particularidades en el proceso de reproducción de las tortugas, las cuales están determinadas por la especie en cuestión y su distinción como tortuga de tierra o marina. De cualquier manera muchos especímenes se han logrado asegurar su supervivencia en la Tierra por más de 200 millones de años. Si quieres acercarte más al fascinante mundo de las tortugas y conocer sobre sus rituales de cortejo, el apareamiento, la gestación y cría, sigue leyendo nuestro artículo en GestacionDe.




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Reproducción de las tortugas

En las tortugas marinas hay una variación significativa en la edad en que alcanzan la fertilidad. Algunas especies de tortugas marinas pueden madurar sexualmente y comenzar a aparearse a partir de los 4 años de edad, mientras que otras más longevas deben esperar a cumplir entre 15 y 20 años para ello.



En cambio las tortugas de tierra, que son más conocidas por ser usadas como mascotas o animales de compañía, pueden comenzar a reproducirse alrededor de los 7 a 10 años de edad en condiciones normales. Para estas especies la madurez sexual viene determinada por el tamaño del ejemplar, y es aproximadamente a estas edades que alcanzan su tamaño adulto y un desarrollo funcional completo. Los machos inmaduros pueden realizar los rituales de cortejo al igual que sus mayores, pero hasta que no tienen edad suficiente para reproducirse no son aceptados por las hembras para copular.

Una vez que las tortugas se encuentran aptas para comenzar a gestar, empiezan a ocurrir los encuentros con los machos. De esta manera se inicia el ciclo reproductivo que terminará con la eclosión de los huevos de la camada.

Cortejo de las tortugas

Las tortugas de tierra se suelen aparear en los meses de marzo a junio fundamentalmente. Es en estos meses que las hembras se encuentran receptivas para la cópula y los machos comienzan a perseguirlas insistentemente. El cortejo de los machos puede llegar a ser bastante agresivo, e incluye golpes a los caparazones de las féminas y mordiscos en las patas. Si una hembra queda atrapada en un espacio donde hay un gran número de machos, puede ser dañada seriamente en los intentos por montarla. Los machos dedican gran energía a perseguir a las hembras, pero en su afán puede que se confundan e intenten montar a otro macho.

Del cortejo de las tortugas marinas se conoce mucho menos debido a que estos animales de la fauna oceánica salen muy poco a tierra. Al igual que ocurre con las tortugas de tierra, la superioridad de las hembras dicta que sean ellas las que elijan una pareja para reproducirse, siendo entonces los machos protagonistas del proceso de cortejo. Los machos compiten entre ellos por ganarse el derecho a copular con una hembra, y como parte del cortejo realizan su demostración de superioridad alzando el cuello, demostrando que lo tienen más largo que el resto de sus congéneres.

Apareamiento de las tortugas

Durante la cópula de las tortugas, el macho monta a la hembra situado encima de ella. Para mantener esta posición se vale de sus patas traseras, las cuales apoya fuertemente en el suelo. Es característico también de esta especie emitir un fuerte gemido durante el acto sexual, el cual puede llegar a ser bastante grave.

Las tortugas marinas como es de esperar se aparean dentro del agua, en las profundas aguas oceánicas. Solo salen a tierra firme para cavar sus nidos y realizar el desove de los huevos. Los encuentros sexuales entre las tortugas marinas pueden ser bastante rudos como sucede con las de tierra, evidencia de esto son las marcas en la espalda que ostentan algunas hembras reproductoras de avanzada edad. Los machos están dotados de garras en sus aletas delanteras, las cuales utilizan para sujetar a la hembra durante el tiempo que dura la cópula.

Es común que las tortugas marinas naden cientos de kilómetros desde su hábitat con el fin de buscar un lugar propicio donde aparearse y luego dejar sus huevos. Este lugar en muchos casos coincide con el de su nacimiento, hecho que resulta sumamente interesante para los biólogos marinos. Otro dato curioso de la gestación de las tortugas marinas es que la temperatura del agua determina el sexo predominante de la descendencia, siendo más probable el nacimiento de machos en aguas templadas y de hembras en aguas cálidas.

Una vez que ha ocurrido satisfactoriamente la cópula entre machos y hembras, comienza el proceso de gestación de la tortuga (o incubación de los huevos hablando estrictamente ya que las tortugas son animales ovíparos)

Tiempo de incubación de las tortugas

La duración de la incubación de los huevos de tortuga es bastante variable, pero se ha observado un patrón que muestra que a mayor temperatura el tiempo de incubación es menor. Por lo general la mayoría de las especies de tortugas (tanto marina como de tierra) tienen un tiempo de incubación aproximado de 2 meses, más menos. Por lo general también todos los huevos correspondientes a una misma nidada eclosionan al mismo tiempo, aunque pueden haber algunos morosos que demoren 2 o 3 días más de incubación, o incluso hasta una semana.

Huevos de tortugas, gestación e incubación

Como animales ovíparos, las tortugas hembras son fecundadas internamente por el macho y luego de un tiempo corto de gestación deben poner sus huevos para que completen su desarrollo embrionario.

Para saber si una tortuga se encuentra embarazada se puede optar por realizar la palpación de la zona lateral del abdomen. Aunque este método no es 100 por ciento fiable, cuando al tacto se sienten unas formas esféricas y duras en esta región, no cabe duda de que la tortuga se encuentra gestando en ese momento. Si por el contrario la zona está completamente blanda tendremos que esperar un poco más para diagnosticar o descartar el embarazo.

Una tortuga embarazada puede mostrar diversos cambios en su comportamiento. Estos cambios se pueden traducir en mayor agresividad hacia el reto de sus congéneres, exceso de hiperactividad y la emisión de graznidos propios solo de los machos de su especie. Además si se trata de una mascota van a ser evidentes los cambios en su apetito. Durante la gestación la hembra puede rechazar ciertos alimentos y disminuir considerablemente la ingesta diaria de comida. Una vez que se acerque el momento del desove la hembra puede dejar de comer por completo y comenzará a buscar un lugar en la tierra apropiado para la ocasión.

Las tortugas de tierra desovan mayormente por el día, en los horarios comprendidos entre el mediodía y la tarde-noche, mientras que las marinas realizan la puesta en la noche con excepción de la golfina. Puede suceder que las tortugas marinas sean perturbadas por ruidos o luces intensas en la playa, optando por interrumpir el desove y regresar al agua con parte de la puesta en su interior. En los casos que no encuentran un suelo blando para excavar, las tortugas de tierra también pueden retener los huevos.

Una práctica común en las tortugas marinas es la de crear un nido gigante donde varias hembras puedan desovar sus huevos juntas. Para ello las madres trabajan coordinadas en la excavación del gran hueco que albergará a sus crías hasta el momento del nacimiento. Resulta realmente sorprendente ver el trabajo en equipo de estos animales en gestación. Si el nido es individual, la tortuga cavará sola hasta obtener un hoyo del tamaño de su cuerpo.

Una vez que el trabajo en el hoyo está completado, la tortuga hembra comienza a dejar caer los huevos en su interior. Pueden desovar uno o dos huevos a la vez, dependiendo de la especie. Al finalizar cubren el nido con tierra o arena usando su cuerpo para este fin. Muchas veces es posible ver brotar lágrimas de sus ojos durante el proceso, y es que en el caso de las especies marinas esto les ayuda a evitar la acumulación de arena en los ojos.

En la incubación de los huevos de tortuga la temperatura y la humedad juegan un papel fundamental. Estos dos factores ambientales determinan la velocidad de desarrollo de las pequeñas tortugas e incluso el sexo que tendrán al nacer. Las consecuencias de una temperatura muy baja pueden ser nefastas para la incubación de los huevos, que pueden llegar a no eclosionar, mientras que demasiado altas pueden traer consigo deformaciones al nacer. La temperatura de incubación recomendada (se puede regular cuando se reproducen las tortugas en cautiverio usando incubadoras) es de 30ºC a 31ºC. Con este rango de temperatura es probable además obtener una camada de tortugas balanceada, en cuanto al número de machos y hembras.

Tortuga poniendo huevos

Tortuga poniendo huevos

Una característica muy curiosa de las tortugas que comparten muy pocos animales es la capacidad que tienen de almacenar el esperma en su interior y utilizarlo para fertilizar sus huevos temporada tras temporada. Una tortuga marina además puede ser capaz de realizar varios desoves en una misma temporada reproductiva sin volver a copular con un macho, y el esperma que conserva en su interior puede ser funcional a lo largo de tres años consecutivos. Otras tortugas se aparean repetidamente en una misma temporada reproductiva, depositando los huevos en su nido cada vez.

Nacimiento y cría de las tortugas

Los huevos de tortuga tienen una apariencia coriácea y una textura rugosa. Para llegar al mundo los neonatos deben abrirse camino a través del cascarón, usando el llamado “diente de huevo” que pierden inmediatamente después del nacimiento. También poseen como apéndice a su cuerpo un saco con los restos de los alimentos que consumieron en el interior del huevo, el cual se cae por su cuenta dejando una pequeña herida en el caparazón que cicatrizará a los pocos días. Las pequeñas tortuguitas pueden optar por permanecer protegidas en el huevo durante un par de días, antes de aventurarse a explorar el mundo exterior.

La tasa de mortalidad de los huevos de tortuga es muy alta, debido a que no cuentan con la protección de la madre durante la incubación y el nacimiento. Una vez que la hembra ha realizado la puesta de los huevos abandona el nido y nunca más regresa con los pequeños.

Muchos embriones y neonatos perecen a mano de los depredadores mortíferos de la zona o pueden incluso no lograr salir de su cascarón al momento de la eclosión. Cuando el nido se encuentra en una zona baja de la playa, los huevos pueden ser destruidos debido a cambios de mareas o precipitaciones intensas. El hombre por otro lado es responsable de una cota considerable de muertes de tortugas cada año, por su acción irresponsable en el medio ambiente.

Las crías jóvenes también son muy vulnerables en sus primeras horas de vida en el mar, por lo que deben protegerse de ser depredadas en este medio (los principales depredadores son los peces de gran envergadura, los tiburones y las aves marinas). Todos estos peligros de la naturaleza dan como resultado que tan solo el 10% de los huevos de tortuga sobrevivan hasta alcanzar un tamaño adulto.

Cantidad de crías de las tortugas

La cantidad de crías de las tortugas es un factor muy variable, que depende de la especie en cuestión, así como también del tamaño y la edad de la hembra gestante. Existen tortugas de tierra con una tasa reproductiva muy baja, que solo logran incubar un único huevo en cada temporada. El resto de las tortugas de tierra tienen puestas que oscilan entre 3 y 12 crías.

Las tortugas marinas en cambio suelen ser mucho más prolíferas que las de tierra, con promedios de 50 a 150 crías por cada puesta. Por supuesto como pueden anidar múltiples veces en una temporada, estas cifras se pueden multiplicar hasta por 8 para una sola hembra. La razón fundamental de que tengan tantas crías es que su tasa de mortalidad en los primeros años de vida es también muy elevada (solo el 10% consigue sobrevivir a la adultez), por lo que esta es la estrategia evolutiva de la especie para evitar la extinción.

Preguntas frecuentes sobre la gestación de las tortugas

¿Cuántos huevos pone una tortuga?

Las terrestres normalmente pueden poner de tres as doce huevos, sin embargo en las marinas desde cincuenta hasta ciento cincuenta.

¿Cuánto tarda en nacer una tortuga?

El tiempo es muy variables en dependencia de la especie y el ecosistema, pero como norma general se aproxima a dos meses.

¿Cada cuánto tiempo ponen huevos las tortugas?

No existe un número para aproximarlo, pero una tortuga puede realizar hasta ocho puestas en una misma temporada.




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